Con la entrega de certificados, la comunidad mapuche Pascual Pucol, del sector Huentelolén, en Cañete, dio por finalizada el proceso de capacitación que se realizó tras un convenio de cooperación firmado entre la Universidad Católica de la Santísima Concepción y los integrantes de la comunidad antes mencionada.                                                                 &nbs

Biobío, 13 de diciembre.- Fueron 59 personas que recibieron apoyos en distintas temáticas, entre ellas: Semilleros de Leguminosas, de Papas, Manejo Sanitario de Animales, Manejo de Gallineros Familiares, Manejo y Mantenimiento de Invernadero de Flores, Manejo Productivo de la Ñocha y Emprendimiento de Asociatividad y Comercialización de Productos.

El convenio tuvo una duración de 8 meses, donde los montos alcanzaron los 35 millones de pesos, financiados por la Conadi. El objetivo general fue fortalecer las capacidades productivas y técnicas, y comerciales, de la Mesa Territorial Huentelolén, a través de actividades formativas-demostrativas con participantes de la Mesa, así como con la implementación de un Sistema Productivo Integrado y Asociativo Piloto con pertinencia, en la Comunidad Pascual Pucol, con potencial de escalamiento a otras comunidades.

“Este tipo de convenios refuerzan la preocupación del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, por nuestras comunidades mapuches, de manera que puedan desarrollar actividades productivas en base al aprovechamiento de recursos naturales. Hoy estamos muy satisfechos de que esta alianza con la Universidad católica de la Santísima Concepción tuviera éxito y esto se viera refrendado con la entrega de los certificados, tras ocho meses de capacitación”, indicó el seremi de Desarrollo Social, Juan E. Quilodrán.

El presidente de la comunidad, David Milla, fue el anfitrión de la actividad, efectuada en el predio donde se encuentran los invernaderos y terrenos ocupados en los cultivos. “Agradecemos a las autoridades que nos ayudaron en este programa y del cual hemos aprendido mucho. Esto nos servirá mucho, así que les agradezco lo realizado para nuestra comunidad”.

Dentro de los temas específicos, se logró mejorar la productividad y comercialización de la floricultura mediante la capacitación, asistencia técnica e implementación de infraestructura de apoyo para la producción en ambiente controlado de flores; mejorar la productividad y comercialización de la agricultura familiar mediante el establecimiento de un semillero de papas y de leguminosas que asegure la calidad del material genético usado para producción local para autoconsumo y generación de ingresos y mejorar la productividad de la actividad artesanal tradicional mediante la capacitación, asistencia técnica e implementación de infraestructura de apoyo para la producción en ambiente controlado de Ñocha, y formación para la elaboración de productos artesanales.

Carlos Carvajal, director regional de la Conadi, indicó que estas iniciativas “ayudan a que las comunidades puedan aprovechar mejor sus terrenos, a la vez que les otorga mayores conocimientos para aumentar producción y poder comercializarlos, ya que puede traducirse en una manera de obtener ingresos para la familia”.

Dentro de los productos obtenidos a través de la capacitación, se construyeron un invernadero de Flores Comunitario de 360 m2; un sombreadero de Ñocha de 180 m2; y dos semilleros de leguminosas y papas con una superficie de 2,0 hectáreas.