Ministro Barraza participa en Décimo Primer Congreso Chileno de Psicología de la Usach
En el Congreso, que tiene el lema: “Ética y diversidad en tiempos de transformación”, el Ministro de Desarrollo Social dictó la conferencia inaugural.
Esta mañana el Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, dictó la conferencia inaugural del Décimo Primer Congreso Chileno de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), cuyo lema es “Ética y diversidad en tiempos de transformación”.
En la oportunidad, que contó con la presencia del Rector de la Usach, Juan Manuel Zolezzi; el director de la de Psicología, Mario Morales; y el decano (s) de la Facultad de Humanidades, Jorge Rueda, el Ministro – quién fue estudiante de Psicología de dicha casa de estudios- resaltó que en “las tareas que son propias del Ministerio de Desarrollo Social, constatamos que esta época de transformaciones se caracteriza por una complejización de la comprensión y de la lucha contra la pobreza, la que ya no puede abordarse sólo a partir de la insuficiencia de ingresos, sino con un enfoque multidimensional”.
En este sentido, dijo que se constata el dinamismo de la vulnerabilidad, que no sólo afecta a segmentos específicos de la población como los adultos mayores, los pueblos indígenas o las personas en situación de discapacidad, sino también a capas importantes de la clase media.
A este respecto, la autoridad sostuvo que podemos considerar sólo una cifra: “de acuerdo a una investigación del Banco Mundial del año 2013, que utiliza una definición basada en el concepto de seguridad económica, en América Latina un 37,5% de la población corre el riesgo de caer en la pobreza, con una probabilidad estimada superior al 10%. Nótese que en 2013 aún no experimentábamos la fase tan aguda de caída de los precios de las materias primas, que constituyen el gran motor del desarrollo de la región”.
Y agregó que finalmente, como parte de las grandes transformaciones de los últimos tiempos, ha emergido una fuerte conciencia a nivel internacional, y también nacional, de los efectos disociadores de la desigualdad, lo que plantea a las políticas públicas la exigencia de trabajar, simultáneamente, por combatir la pobreza y la desigualdad social.
“Esto supone replantearse la idea de bienestar y progreso compartidos y, de manera concomitante, implica repensar las políticas sociales a la luz del enfoque de derechos que promueven los organismos del sistema de Naciones Unidas”, aseveró Barraza.