Se trata del Convenio Articulación de Redes Locales y Socio Comunitarias, el cual  que buscan fortalecer las alternativas y la red de trabajo de las participantes a través de cursos donde aprenden diversos oficios.

Arica, miércoles 22 de febrero-. Katherine Rojas fabrica dulces chilenos a pedido, para negocios o familias. “Me va espectacular. Ahora vendo por cientos en cada llamado”, cuenta feliz. Recién el año pasado, Fosis del Ministerio de Desarrollo Social le regaló un horno industrial para hacer sus productos. Y hoy, tras certificarse de un curso de pastelería, agregó más conocimientos para su emprendedor y aún naciente negocio.

Al igual que Katherine, otras 25 ariqueñas, pertenecientes al 40% más vulnerable de la región, también se graduaron: la mitad se especializó en pastelería y la otra en peluquería. “Aprendimos muchas técnicas de corte y peinados. Lo más importante es que seguiremos especializándonos. De a poco quiero dedicarme a esto”, destaca Priscila Norambuena.

Se trata del Convenio Articulación de Redes Locales y Socio Comunitarias, programa de la seremi de Desarrollo Social, que transfiere fondos a la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) para la realización de los cursos, que buscan fortalecer las alternativas y la red de trabajo de las participantes.

“Las alumnas y sus familias forman parte del Subsistema de  Seguridades y Oportunidades, por tanto, cuentan acompañamiento psicosocial, sociolaboral y tienen garantizado el acceso a un aporte económico, por medio de la entrega de un bono y trasferencias monetarias que complementen los ingresos con los que ya cuenta la persona o el grupo familiar”, explicó la seremi (s) de Desarrollo Social, Denissa Donaire.  

Específicamente, las mujeres forman parte del Programa Familia y Abriendo Caminos. El primero está dirigido específicamente a personas que se encuentran en situación de pobreza extrema y vulnerabilidad, mientras que el segundo genera acciones de prevención y reparación en las condiciones de desarrollo de niños, niñas y adolescentes que tienen un adulto significativo privado de libertad.  

“Los cursos los pensamos para que las alumnas aprendieran un oficio. Ojalá puedan dedicarse a ello, pero si no, también lo pueden tomar como un pituto que les permita obtener una entrada más de dinero a sus hogares. La mayoría pertenecen a familias compuestas por más de cuatro personas”,  detalló Cristopher Salgado, coordinador de redes Seguridades y oportunidades del municpio.

Las beneficiarias se certificaron el viernes pasado, en una ceremonia realizada en el salón de eventos del Edificio Caja Los Andes, donde junto con el diploma recibieron un kit con insumos para sus nuevos oficios aprendidos.