La autoridad participó como panelista en este encuentro que se realiza como antesala a las reuniones anuales de la junta de Gobernadores del grupo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a realizarse en Lima en octubre de 2015.

El evento fue organizado por el Banco Mundial y estuvo liderado por el Sr. Alberto Rodríguez, Director para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela de la entidad.  Además, participó el Ministro de Economía y Finanzas del Perú.

En la ocasión, los autores del reporte regional del Banco Mundial sobre Pobreza Crónica presentaron los resultados del estudio a los asistentes, el cual en términos generales,  señala un claro diagnóstico respecto de los problemas  que enfrenta la población más pobre de la región, presentando lineamientos para superarlos, los que deben ser adaptados a las distintas realidades de los países de América Latina.

“La interrogante que pone el libro, y que comparto, es que la pobreza crónica no se solucionará sólo por efecto del crecimiento económico.  No es suficiente, dada las características y el contexto que afecta a esta población.  Es clave el rol del Estado respecto a promover acciones tendientes a ir en busca de las personas en situación de pobreza crónica, así como en la generación de contextos adecuados para que puedan salir de ella”, afirmó la Subsecretaria Heidi Berner al exponer en el panel de discusión denominado “Estrategias de identificación, apoyo e inclusión de los pobres cónicos”.

Cabe destacar que Chile fue pionero en desarrollar una intervención integral dirigida a personas en situación de pobreza crónica, a través de la creación del Sistema de Protección Social “Chile Solidario”, el cual  surgió como respuesta al diagnóstico realizado por el gobierno de Ricardo Lagos sobre las políticas y programas sociales de lucha contra la pobreza, el que concluía, principalmente, que el ritmo y volumen de descenso de las cifras de indigencia se encontraban estancados y que existían brechas de focalización de los programas y beneficios sociales, además de señalar que faltaban mecanismos y redes de protección social que evitaran la caída de ingresos, mitigaran algunos de sus efectos sobre el bienestar psicosocial familiar e incentivaran la recuperación de ingresos y calidad de vida al más breve plazo.